19.7.05

Nimiedades

Todo lo trivial es importante. Desde el más pequeño granito de sal hasta la nube mal dibujada de un atardecer cualquiera de julio.
¿Yo qué diantres puedo saber de un orden de jerarquías? No reconozco uno, ni los mismos patrones que se me presentan son estructurados.
Los arcanos se entretejen entre las pestañas de la niña de ojos obscuros, pero se crean nuevos con cada pestañeo. Por las mañanas se suman nuevos temores en su mente, confusiones amorfas y letanías distantes que mueren al crepusculo.
Sueña con hechizos incontables, e infinitas aves, cuenta los granos de arena y los revuelve al terminar. Juega con mis cabellos mientras tararea la canción que las paredes le enseñaron.
Se desdibujan las ilusiones del pasado, y y se sustituyen por las desgracias del presente que siempre hablan de utopia y sus demas demonios.
Mis dolencias se sueltan al caer el alba en nuestras moradas, oigo a gritos el eco de un silencio armonico y cada uno de sus complejos recovecos. La inquietud golpea mis costillas, cada vez con mas fuerza; mientras la obscuridad muerde mis tobillos.
Las escaleras hacia mi calabozo son escarpadas y poco probables, como la presencia del ser que deambula esta prision de mis idilios.
Cuando cierro los ojos, veo sombras colgando de las paredes, como viejos abrigos que nadie mas usó. Debajo de las uñas siento la incomodidad de un cuerpo demasiado grande para mi piel... quiero brillar, pero olvidé mi fulgor.
Las fallas de un sistema mal hecho le hacen perfecto... Pero al fin y al cabo a nadie le importa.

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