17.12.05

En la Oscuridad (J.E.B)

Mamá dijo:
- Quédate aquí que no me tardo.
-¿Me lo prometes, mamá?
-¡Claro que si! Solo voy a comprar un kilo de arroz para la cena.
Ella mintió. No regresó. Me quedé sola.
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Navidad.
La ciudad toda adornada. Todavia no se bien lo que es Navidad, pero no me gusta, no me gusta toda aquella gente feliz caminando para allá y para acá cargada de paquetes. Doca no hace caso. Ella solo piensa en el cartón que va a sobrar para que vendamos después de Navidad. Pues sí, Navidad es una cosa tonta de verdad ¿A quién le gustan los regalos?

Me gustaria que me dieran un regalo de Navidad.
Mamá

15.12.05

Pesar (Infancia)

Pesan ya ocho años
de siluetas borrosas
y altaneras.

Pesan los gritos violentos,
y los recuerdos poco nitidos.
Pesa el ardor del asco insoportable,
pesan la mueca,
los dientes torcidos de la perversion,
y el silencio indiferente.

Pesa la carga de sus ojos,
sus manos sucias
y su olor a alma fétida.

Aterra el pasado tan presente,
que mece en letargo profundo
la ideologia infantilista.
(Silencio/llanto/silencio)

No me suicidé
Me mataron

14.12.05

Yo le advertí que no entrara en el cuarto, pero ella, como todas las madres, decidió meter su asquerosa nariz en lo que no le incumbía.
Podía oir su husmeante respiración mientras movía mis cosas en busca de mis tranquilizantes, no puedo negar que me exasperaba el simple hecho de imaginar sus fosas nasales expandiendose y contrayéndose como queriéndose tragar mi aroma y asesinarlo. En poco tiempo pude ver que se había convertido en un cerdo, un maldito cerdo, peludo y asqueroso, que sostenia su pan con miel en una pesuña ridículamente tiesa.
Sus labios se movián, y el maldito triturar que sus mandibulas ejercían sobre la comida estremecia estrepitosamente mi ya de por sí delicada estabilidad emocional.
Lo que vino después, fue un hecho terrible, no por la consecuencia en sí. De su boca caían escupidas pequeñas migajas, humedas y estúpidas, caían y caían como una lluvia infinita de saliva y deshechos.
Tomé el bastón del abuelo y dándole un golpe certero en la nuca grité:
- ¡Están en el botiquín!
Pero, creo que por la posición, ya no fue capaz de escucharme.