14.8.07

Ayer quize buscarte...

tragarme el orgullo y arrojarme embelezada a tus brazos, olvidar la primavera y verano de ausencias y aspirarte todo, completo; robarme el olor de tu piel, y el aroma que emana de entre tus cabellos rebeldes. Olvidarme un poco del llanto que sabe a tì, para saborearte tal cual, para besar tus labios irreales en medio de un abrazo de humo.
Ayer expliquè tantas veces tu partida, y, en el embrollo interminable de silogismos y falacias, me arrojè a la fascinaciòn utòpica de tus caricias de horas prohibidas, de nuestros besos de crimen perfecto, de nuestras manos pudorosas en busca de la piel ajena.
Tus cosas, fieles testigos de mi obsesiva espera sabatina, estàn aquì, con el rastro aùn fresco de tus dactilares y sus autopistas absurdas. Aun te esperan la taza de tè, los memoramas de domingo, la matinè del hartazgo y el sillon del letargo amoroso. Aùn yo, en mi tragicomèdica rutina diaria, me asomo de vez en cuando a la puerta esperando toparme con tu silueta de sombras pequeñas.
Hoy le danzarè a la luna hasta desangrarme los pies. Hoy esperarè, agazapada debajo de tu cama, a que Nix haya cantado ya a tus oidos ese arruyo que te haya arrojado al mundo de lo onìrico. Entonces ( y sòlo entonces) , me incorporarè para verte dormir y te dirè mil palabras que ni yo misma recordarè.
Me recostarè, a escuchar tu latir y buscarè tu boca, para sentir el tìmido calor que tu respiraciòn me tatùa en la piel.
No te asustes amor, no te asustes si en la cansada duermevela de tu quieto dormir escuchas un llanto estremecido. Te juro que no soy yo, te juro vida que mis làgrimas no son; es tan sòlo Eos que se acerca egoìsta para alejarme de tu mirar y dejarte en la absoluta ignorancia de este amor que se me escapa de noche, y pretende olvidar que ya no estàs.