Plastilina

Las manos frias me atrapan
Y brindan candor extemporáneo.
Esas manos que dibujan con temperas,
Esas manos de horas eternas.

La mirada espesa,
Una piel palida.
Labios que aprietan incongruencias
Y esa mujer etílica y etérea.

La mirada triste,
Augurante desprecio
de infamias incompletas
y poética entrepierna

Cai ante sus ojos,
Ante esa mujer,
entre sus manos,
las manos de Marifer.

La tarde de verano
se desvanece en agonía caotica
entre los labios indulgentes
de mi azucena melódica

La luna loca
degolla ideales,
aquellos de mediodía
con sabor a toronja tierna.

Pero no muere,
tan solo descansa
en el gélido cielo,
hecho, solo para ella.

No hace más
resucita diciembres olvidados,
Imagenes reminiscentes
ante ojos exiliados.

Ella muere
a cada suspiro,
ella grita,
se ahoga en un olor a suicidio.

Depresión que se derrama,
manzanas inelocuentes
de aquel cielo caídas,
sutil miel amarga.

...Tan irónica como el tulipán...