17.4.07

Mamá se ha ido a la mar y no regresará sino hasta mañana, tiempo suficiente para conciliarse con la demencia por intervención de la soledad.
Me deja a cargo del teléfono y las cuentas no saldadas, acechada por los recuerdos y cuestionantes que se turnan para torturarme en este espacio en el que tú, yo, y nuestras saudades no coexisten.
Mamá se ha ido lejos, dejando la casa llena de monstruos que jamás duermen, que se meten en la música y le succionan a uno las ganas de vivir. Ella empacó la compañía y los medicamentos que me tienen atada a esta realidad de papel, estas visiones gaseosas que se me esfuman como besos de acuarelas.
“Yo te quiero” – es lo único que sé decir desde que no estás, y en estos ojos se me plasman tus letras mentirosas, y me penetran los oídos tus voces y matices que imagino como si yo los hubiera creado. Después de todo, cielo: Sí. Yo te he creado en este mundo de nubes pastel del que eres gobernante, en esta nada que me construye. Y en tus brazos he ideado el bunker perfecto donde esconderme de mí misma, de ti… de nosotros.