*Creen que no entiendo pero sí entiendo; le conozco la cara a eso que es horrible y que espera en lo oscuro, al otro lado de la puerta, quieto bajo la lluvia porque se escapó de donde lo tenían encerrado, y que espía con sus ojos vacíos hacia el interior de nuestra casa iluminada.
* [...] Y si él aprende a nombrarme me contamina, se vuelve dueño de mi nombre, y se me cuela adentro, llega hasta el fondo de mi cabeza y ahí hace su cueva y se queda a vivir para siempre, en un nido de pánico.
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